25 abril 2006

DADÁ, Historia de una subversión


Publicado en el MAGAZIN DOMINICAL de El Espectador #741 (27.07.97)

Reseña / *frases tomadas del libro y editadas, al modo dadaista, como un comentario del mismo.

Henry Béhar - Michel Carassou Ediciones Peninsula, Barcelona


“Dadá nació en Zurich el 8 de febrero de 1916, bautizado con ayuda de un abrecartas metido al azar entre las páginas de un diccionario Larousse. "Dadá", nombre de una entidad sin contenido, insignificante absoluto (crisis de conciencia europea). Empresa de demolición que ataca en primer lugar el edificio del lenguaje (la verdad no existe y el mundo permanece incognocible). Una red internacional que toca todos los aspectos de la estética y la vida: ambivalencia, negatividad; barrer, limpiar; juego con miserables residuos. Tabula rasa, "guerra del fuego" contra el sentido común. Carácter anarquizante, quijotesco. Trabajaron por la fusión del arte con la vida jugando con los fragmentos de lo que habían roto, (cuando lo hayan derribado todo ¿quizá reconstruirán algún momumento de pureza y solidez?)... La experiencia humana es siempre más compleja de lo que pretenden las ideologías.

La utopía Dadá exigía un mundo donde cada hombre fuera creador y dueño de sí mismo. Conquistar un terreno propio para llevar a cabo una acción inédita (nueva misión del arte en la sociedad), regresión a la infancia. "Nosotros lo vemos todo, no nos gusta nada, somos indiferentes, in-di-fe-ren-tes", (al atacar el concepto de belleza Dadá se aplicaba a hacer desaparecer la separación entre el arte y la vida). Explosión del lenguaje: "orden = desorden; yo = no yo; afirmación = negación". Dadá es la versión americana del budismo: ninguna teoría sino una tonalidad dinámica... Poesía: Arte; no Poesía: Arte. Las palabras como juego: Arte. Las frases puras: Arte. Sólo sentido: Arte. Sin sentido: Arte. Palabras escogidas al azar: Arte. La Gioconda con bigotes: Arte. Un anuncio del periódico: Arte. ¿Cómo escaparse? Dadá es el único movimiento que ha creado arte a partir de la nada.

Manifiestos... El gesto más incongruente adquiere el valor de un manifiesto. "El pensamiento se crea en la boca" (Tzara), no podía existir fuera de su formulación, fuera de las palabras. No hay pues realidad -salvo esta palabra (el lenguaje crea la cosa). Una nueva Babel: virtudes primitivas, que no se limitan a la comunicación inmediata entre los seres. "Monólogo interior" (Joyce), la gran noche de las palabras... Rompiendo los tabúes que prohibían atacar la estructura propia del lenguaje y la finalidad de los medios de comunicación utilizados, Dadá hacía posible lo impensable: la apertura de un nuevo campo de creación artística y literaria. Simultaneidad, coexistencia, un valor idéntico a todas las cosas, materiales más heterogéneos. Desplazamiento o desviación: el pintor hace una elección, después imita su elección cuya deformación constituye el Arte; ¿porqué no se podría simplemente firmar la elección, en vez de hacer el tonto delante de ella?... Acepta colaborar con el tiempo y su agente principal, que se llama azar (palabras en un sombrero: lo ilegible)... y aquí tenemos un escritor infinitamente original y de una encantadora sensibilidad, aunque incomprendida por el vulgo (lo que deja al lector toda la libertad). ¿No podríamos concebir la posibilidad de escapar de una vez por todas a lo relativo y, con la ayuda de la poesía, es decir, del lenguaje, tener acceso al ámbito misterioso de las Madres?

Dadá afirma la primacía del sujeto, su centralidad en el discurso. Dudando, el ser parlante está en el centro de toda palabra. La forma de decir (lexis) es más importante que lo que se dice (logos). Cualquiera que deje libres sus propias tendencias es Dadá. Dadá no teme a la contradicción, que asume con orgullo gracias al humor, que es el mejor testimonio del espíritu: El humor /es el agua del más allá / mezclada con el vino de aquí abajo (Arp). Hay una sinceridad nueva, lo mismo que hay geometrías no euclidianas (Rimbaud, Lautremont, Jarry). Dadá sólo es un gesto: metafísica de la banalidad. Objetivo final: restaurar la esencia del arte... "cretinizar al lector". Curación forzada por la histeria provocadora. Contra-institución: tantos centros como participantes. A fuerza de practicar la incoherencia, Dadá ha abierto las puertas del inconciente ("la hija nacida sin madre", polvo y mosca). El espíritu dadá sólo existió de verdad entre 1913 y 1918. Luchaba contra todos los valores y, ante todo, contra todos los valores estéticos, los valores del arte. Pero creaba valores antiarte. Así pues, creaba un arte. Ésa fue su principal contradicción interna. Artistas y literatos, los dadaistas impugnaron los fundamentos de la civilización occidental. Toda negación se acompaña de una afirmación simultánea. Probablemente estamos viviendo un nuevo Renacimiento.”

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