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Publicado en el Magazín Dominical de El Espectador No. 775 - 22 de Marzo de 1998
Por Sebastián Cruz Ponce de León
Al inicio del cuento de Jorge Luis Borges "Tema del
traidor y del héroe" (Ficciones,1944), se aclara cómo su creación fue de
algún modo permitida por el influjo de G. K. Chesterton "discurridor y
exornador de elegantes misterios", y del consejero aúlico Leibniz. El
cuento de Chesterton involucrado es "La muestra de la espada rota"
(El candor del padre Brown, 1911); los temas de Leibniz concernientes tienen
que ver con racionalidad y con armonía preestablecida.
El propósito de este ensayo es establecer paralelos entre el
texto de Chesterton, que como la mayoría involucra problemas de tipo ético, y
el de Borges, que generalmente involucra problemas filosóficos.
"La muestra de la espada rota" habla de la
historia del general inglés St. Clare, quien permanece en la memoria de su
pueblo como un héroe, tal y como se ve en el epitafio grabado en letras negras
sobre el monumento en el que aparece con la punta de su espada rota:
"Consagrado a la memoria del General Sir Arthur St. Clare, Héroe y Martir,
que Siempre Venció a sus Enemigos y Siempre los Perdonó y Finalmente fue
Traidoramente Asesinado por ellos. Que Dios, en quien él confió, lo Recompense
y lo Vengue".
El héroe murió ahorcado por sus enemigos brasileros tras haberse sumergido en
la boca del lobo realizando un plan de combate que ni el peor de los estrategas
llevaría a cabo. Por eso al padre Brown (desenmarañador de misterios en los
cuentos de Chesterton) le aparece la primera inquietud al revisar la historia
de la batalla del Rio Negro que llevó a la muerte al general, ya que este era
reconocido como un gran estratega. Paralelamente, surge el problema de su
ejecución: el general brasilero Olivier era de renombrada piedad con sus
enemigos a quienes siempre ponía en libertad. Como dice el padre Brown:
"No se olvide de que Olivier y St. Clare eran los dos unos héroes, en el
sentido antíguo de la palabra, de eso no hay duda. Era como la lucha entre
Héctor y Aquiles. Ahora bien, ¿ qué diría usted de una situación en la que
Aquiles apareciera como un ser tímido y Hector como un traidor ? (...) Uno de
los hombres más sagaces del mundo actuó como un idiota sin ningún motivo. Uno
de los hombres más bondadosos del mundo actuó como un canalla sin ningún
motivo."
Finalmente, el padre Brown pregunta a su interlocutor: " ¿ Dónde
escondería un hombre sabio una hoja ?" a lo que Flambeau responde:
"en un bosque (...) Y si no tuviese un bosque a mano, plantaría uno".
St. Clare actuó con más lucidez que nunca: él era un traidor que mató a uno de
los hombres de su tropa para silenciar el crímen en el que la punta de su
espada se rompió. Construye un "bosque" de cadáveres llevando su ejército
a una batalla perdida, donde el muerto se camuflaría entre los demás. Pero
alguien sospechó y lo descubrió todo. Su misma tropa lo llevó a la horca,
jurando por el honor de Inglaterra no revelar la verdad. Sin embargo, años más
tarde, el padre Brown opta por lo mismo: silenciar la verdad.
El cuento de Borges es casi simétrico al de Chesterton, pero hay unos
ingredientes extras: el protagonista es el líder Kilpatric, conspirador que
murió la víspera de la rebelión victoriosa que habría premeditado y soñado.
También es recordado como un héroe, y también se descubrió que era un traidor;
sin embargo, su castigo fue planeado por uno de los suyos: Nolan.
El bisnieto de Kilpatric, dedicado a la factura de la biografía de su
bisabuelo, terminó descubriendo cómo la muerte del héroe-traidor fue planeada
de tal modo que no significara un problema para su objetivo revolucionario.
Nolan dispone toda una dramática maquinaria teatral en donde los hechos tienen
una cierta simetría con la historia de Julio César y algunas citas textuales de
Shakespeare en diálogos entre el héroe y un mendigo. Todo es finalmente sellado
por la muerte de Kilpatric en circunstancias aparentemente dramáticas. Hecho
que no sólo no iba a perjudicar el evento revolucionario, sino que lo iba a
favorecer: el héroe ha sido trágicamente asesinado, ¡ tomemos venganza !
Ryan, bisnieto de Kilpatric, durante el proceso de elaboración de la biografía,
encuentra ciertos problemas que lo conducirían a descubrir la verdad. Por
ejemplo, el que la historia copie a la historia al ver repetirse algunos
sucesos de la muerte a traición de Julio César en la historia de su bisabuelo.
Pero más le impresiona el hecho de que la historia copie a la literatura
citando textualmente a Shakespeare. Finalmente, al descubrir que Kilpatric no
fue un héroe sino un traidor, siente cómo las citas históricas y literarias son
señales dejadas para que años más tarde alguien diera con la verdad. De ese
modo, Ryan también forma parte de la obra de teatro que Nolan creó; él también
opta por no revelar su descubrimiento.
El cuento de Chesterton -de quien es importante aclarar que
es un converso al cristianismo y que intenta apuntalar la imagen de lo
religioso a través del padre Brown- además de tener propuesto un problema
policíaco, propone un problema de tipo ético que se revela con la decisión del
padre Brown de callar la verdad.
En relación con el "Tema del traidor y del héroe" y referente a lo
detectivesco, para Borges los cuentos policíacos de Chesterton son un perfecto
ejemplo de lo que tiene que ver con racionalidad, con la idea del Principio de
razón suficiente de Leibniz (donde las cosas son como son debido a una razón
suficiente que no permite otra posibilidad). Borges ve que el modo de operar
del padre Brown tiene que ver con eso, ya que tiene la imagen general de los
hechos frente a él y su impecable raciocinio le permite ver la verdad, la única
posible solución: es decir, la razón por la que los hechos fueron esos y no
otros. Muy diferente al método empírico de otros detectives al estilo de
Sherlock Holmes, quienes a través de la ubicación de huellas, de indicios, de
detalles, van encaminándose a una solución.
El "Tema del traidor y del héroe" tiene una trama policíaca
estructurada a la manera racionalista de Chesterton, pero también involucra un
asunto filosófico que está relacionado con la idea de Armonía preestablecida
planteada por Leibniz. Nolan es un artífice de una especie de obra de teatro en
la que los personajes cumplen, sin saberlo, con una función específica. Esto
puede interpretarse diciendo que Nolan representa el papel de Dios, creando
toda una secuencia de sucesos en la que los personajes involucrados, están, sin
darse cuenta, privados de actuar con voluntad. El problema que yo veo ahí, es
que permaneciendo la idea de lo preestablecido, la idea de la armonía no lo
hace. Ya que finalmente, la situación previamente determinada cumple con la
única función de ocultar la verdad generando un equívoco, pretendiendo hacer
ignorar que Kilpatric es un traidor, y una situación de equívoco y mentira no
pertenece a lo armónico.
Y ese es el paso más allá que da Borges. Se vale de un problema filosófico que
traduce en uno policíaco. El problema policíaco es evidentemente resuelto, pero
el problema filosófico -dentro de la pretensión filosófica que pudiera tener el
texto de justificar una verdad o una idea- no se soluciona. Lo que ocurre es
que él trata de utilizar la idea de Leibniz, mostrando una situación que la
cuestiona, ya que se plantea como preestablecida, pero sin que exista armonía.
Por eso, la no resolución del problema filosófico constituye de alguna manera
la solución del objetivo literario.
El asunto ético en Chesterton se presenta igualmente en Borges. Ryan, quien
hace las veces del padre Brown en el texto, también opta por no decir la
verdad. Borges dice que "la solución al enigma es siempre inferior al
enigma". También define el hecho estético como "la inminencia de una
revelación que no se produce". La decisión del padre Brown y de Ryan de no
revelar la verdad, es una elección por lo estético. Es preferible
-estéticamente hablando- conservar la imagen del héroe que derrumbarla a partir
de una revelación. Finalmente, lo que se está "defendiendo" en los
dos casos es lo poético. La elección estética no significa otra cosa. En el caso
de Chesterton -siendo un puritano-, el medio de expresión elegido es poético
por naturaleza y más aún su manera de utilizarlo. En el caso de Borges, parece
mostrarnos que más que defender teorías filosóficas, lo que está haciendo es
utilizar la filosofía para fines estéticos, literarios, poéticos... Quizás
sintiendo lejana la posibilidad de que la filosofía pueda revelar alguna verdad
absoluta.
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